Experimenta EU declive democrático

Advierte estudio manipulación electoral y extralimitación del Ejecutivo

La salud de la democracia estadounidense ha empeorado en los últimos años, señala una investigación de Vanessa Williamson, experta en política fiscal, para el Brookings Institute, un centro de investigación independiente con sede en Washington, DC.

De acuerdo con el reporte, Estados Unidos está experimentando dos formas importantes de erosión democrática en sus instituciones de gobierno: manipulación electoral y extralimitación del Ejecutivo.

Como ejemplo, pone el intento, tras las elecciones de 2020, en el cual el presidente en ejercicio, a pesar de admitir en privado que había perdido, intentó subvertir los resultados y permanecer en el cargo. Pero la erosión democrática en Estados Unidos no es sinónimo de Donald Trump, advierte.

Desde 2010, las legislaturas estatales han instituido leyes destinadas a reducir el acceso de los votantes a la boleta, politizar la administración electoral y excluir la competencia electoral mediante una manipulación extrema. Estados Unidos también ha visto ampliaciones sustanciales del Poder Ejecutivo y serios esfuerzos para erosionar la independencia de la función pública.

“Frente a estas presiones, el Congreso, paralizado e hiperpartidista, está mal equipado para brindar supervisión imparcial y rendición de cuentas al Ejecutivo, y existen serias dudas sobre la imparcialidad del Poder Judicial”, señala el texto.

Autoritarios vía democracia

A nivel mundial, es cada vez más raro que un autoritario llegue al poder mediante un ‘golpe de Estado’, señala el análisis.

En cambio, las democracias en declive suelen experimentar una erosión lenta pero constante. El proceso suele ser incremental y episódico. Cada paso es sólo parcial. Puede haber momentos intermedios de aparente estabilidad o equilibrio.

En palabras de los politólogos Daniel Ziblatt y Steven Levitsky: “El camino electoral hacia el fracaso es peligrosamente engañoso… la gente todavía vota. Los autócratas electos mantienen un barniz de democracia al tiempo que destripan su sustancia. Muchos esfuerzos gubernamentales para subvertir la democracia son ‘legales’, en el sentido de que son aprobados por la Legislatura o aceptados por los tribunales”.

Ambos expertos utilizan una variedad de términos para describir este fenómeno, incluidos “erosión democrática”, “retroceso democrático”, “regresión democrática” y “autocratización”.

Cualquiera que sea la terminología, el declive democrático tiene ramificaciones en toda la sociedad. Se asocia con ciertos cambios en las actitudes del público, incluida la difamación de miembros del partido contrario y la desinformación generalizada. Tiende a haber una disminución de las instituciones no gubernamentales críticas para una esfera pública saludable, como medios de comunicación independientes, un sistema educativo vibrante y una sociedad civil comprometida. Todos estos síntomas de decadencia están presentes en Estados Unidos.

El informe se centra en el declive democrático en el propio Gobierno porque el retroceso democrático tiende a ser impulsado por las decisiones de los líderes políticos, no por una repentina oleada de autoritarismo en la población en general.

Dos tipos de declives

Según el análisis de Williamson, Estados Unidos está experimentando dos formas importantes de erosión democrática en sus instituciones de gobierno:

Manipulación estratégica de las elecciones. A diferencia del “fraude electoral”, que es casi inexistente en Estados Unidos , la manipulación electoral se ha vuelto cada vez más común y extrema. Los ejemplos incluyen procedimientos electorales que dificultan la votación (como instalaciones electorales inadecuadas) o que reducen la representación del partido contrario (como la manipulación).

Engrandecimiento ejecutivo. Incluso un líder legítimamente elegido puede socavar la democracia si elimina los “frenos y equilibrios” gubernamentales o consolida el poder en instituciones que no rinden cuentas. Estados Unidos ha visto ampliaciones sustanciales del Poder Ejecutivo y serios esfuerzos para erosionar la independencia del servicio civil. Además, existen serias dudas sobre la imparcialidad del Poder Judicial.

Instituciones anacrónicas

Antes de examinar el declive democrático en Estados Unidos en el siglo XXI, es importante reconocer el contexto histórico.

Muchos aspectos de larga data de las instituciones de gobierno de Estados Unidos pueden criticarse razonablemente como antidemocráticos o como un peligro para las libertades civiles. El Senado y el Colegio Electoral son parte de la Constitución; el obstruccionismo y la doctrina de la “supremacía judicial” se remontan al siglo XIX. Estados Unidos siempre se ha basado en una representación basada geográficamente en la que el ganador se lo lleva todo, lo que puede dar lugar a una tergiversación sustancial cuando los partidistas están segregados, incluso sin una manipulación intencional.

Además, aunque los fundadores de la nación vieron un ejército permanente y un Ejecutivo fuerte como peligros para la República, el poder de la presidencia ha aumentado constantemente con el tiempo y el ejército estadounidense ha sido durante décadas, con diferencia, el más caro del mundo.

Lo más significativo es que Estados Unidos sólo logró un sufragio casi universal después de 1965, cuando el Gobierno federal finalmente protegió los derechos de voto de los estadounidenses afroamericanos en el Sur. El período transcurrido desde el sufragio universal ha visto expansiones masivas en la vigilancia y el encarcelamiento.

Las patologías que acosan a la gobernanza estadounidense hoy son parte de la larga reacción a los éxitos del Movimiento por los Derechos Civiles.

Pierde puntos

En 2020, el entonces presidente Trump, sabiendo que no había logrado ganar la reelección, se negó a ceder y, en cambio, buscó subvertir el proceso de recuento y certificación de votos. El 6 de enero, con el apoyo del presidente Trump, sus partidarios irrumpieron en el Capitolio. El Comité Selecto de la Cámara de Representantes que investigó el ataque del 6 de enero concluyó que el presidente había participado en una “conspiración de múltiples partes para anular los resultados legales de las elecciones presidenciales de 2020”.

Pero 2020 no marca el comienzo del declive democrático en Estados Unidos. Es difícil desarrollar medidas cuantitativas precisas de la democracia; existen, por ejemplo, múltiples métricas que se utilizan simplemente para definir la manipulación. Pero para medir los elementos centrales de la democracia entre países y a lo largo del tiempo, los científicos sociales han desarrollado un sólido conjunto de herramientas de índices que rastrean y agregan indicadores de procesos electorales, participación política, funcionamiento del gobierno y libertades civiles.

Créditos: diario.mx